Es  muy fácil sucumbir a la tentación de identificar la felicidad con algo  vacío, con algo banal. Nuestra sociedad nos ha hecho creer que la  felicidad consiste en la satisfacción más física, en temas materiales,  en aspectos pasajeros, en algo fácil. Y claro, pensar en ser feliz  trabajando resulta difícilmente comprensible. Ser  feliz en el trabajo tiene mucho que ver con la motivación, porque la  motivación no son más que motivos, motivos para hacer lo que te gusta  hacer. ¿Y cuáles son estos motivos?. Autores como Dan Pink nos  ayudan a profundizar en estos motivos, reflexionando sobre sus ideas  encuentro cuatro motivos que el profesional del siglo XXI necesita para  poder ser feliz en su trabajo. Ahí van:
1º  Autoconocerse: pasamos días, semanas, meses, años, ... pensando en  temas acerca de  la familia, de los amigos, de la pareja, del trabajo,  .... en esta retahíla aparece, “de mi mismo”, casi al final y con  minúsculas. No sabemos cómo somos, pasamos por la vida con el piloto  automático puesto, luchando para convertir nuestros actos en hábitos,  para de este modo pasarlos al inconsciente y convertirlos en respuestas  casi automáticas que no consumen energía alguna del cerebro. Debemos  vencer esta pereza natural dedicando un hueco en nuestras apretadas  agendas a nosotros mismos. Saber qué es lo que nos roba la felicidad,  saber porqué hago determinadas cosas, porqué me llevo mejor con unas  personas que con otras, porqué me gusta hacer más unas cosas que otras,  ... Investigar sobre nuestras fortalezas y sobre ellas construir un buen  futuro, un futuro trabajando en lo que te haga feliz.
2º  Autonomía: el concepto del management es un invento del hombre, y cómo  todos los inventos del hombre, tienen fecha de caducidad. Quizás ese día  ya esté aquí, y ese concepto jerárquico de las organizaciones con jefes  mandones y empleados obedientes dará paso a organizaciones con  profesionales comprometidos. Profesionales que hacen lo que hacen porque  confían, por lo tanto se comprometen, y ese compromiso es el motor del  cambio. Cuando se sienten autónomos, se sienten libres para hacer lo que  les gusta; sin ataduras, sin miedos. En eso consiste la autonomía.
3ºFlow:  cuando existe equilibrio entre las habilidades y los retos disfrutamos  de un estado mágico: el flow. El flow nos lleva por un camino donde  seremos felices trabajando. Salirse del camino supone estrés y ansiedad,  por ser los retos mayores que las habilidades. Eso nos lleva a no poder  disfrutar de lo que estamos haciendo. Pero lo que es aún peor, salirse  del camino también puede suponer aburrirse. Y el aburrimiento es más  peligroso que el estrés. El hombre necesita metas, por eso cuando las  habilidades son mayores que los retos nos aburrimos. El aburrimiento  hace que todo lo que hacemos pierda su significado y pase a ser una  simple tarea. Debemos buscar el equilibrio entre habilidades y retos;  ese es el camino; ese es el flow.
4º  Sentido: hay una frase de Nietzsche que resume a la perfección este  motivo: “el que tiene un porqué para vivir, puede soportar cualquier  cómo”. Necesitamos la tensión interior que nos ayude a buscar el  propósito. La tensión interior surge de la diferencia de los objetivos  por alcanzar menos los objetivos alcanzados. Si la tensión interior es  negativa significará que nos habremos rendido en vida, habremos aceptado  que nuestra vida se ha acabado porque ya hemos hecho todo lo que  teníamos que hacer. Tenemos que buscar metas en la vida que nos ayuden a  tener esa tensión interior positiva. Porque cuando es positiva tiene  sentido; la negativa carece de él.
Estos  cuatro motivos construyen una parte fundamental de la motivación.  Básicamente se trata de hacer algo porque realmente te apetece. Sin  recibir ninguna presión, simplemente sintiéndose libre para escoger. Sin  miedo, sin peros, con todas las consecuencias, asumiendo lo malo como  parte de un camino que tiene una recompensa final: hacer lo que te  gusta. Sin importar lo que digan los otros, sin tener en cuenta lo que  la cultura de mi entorno predique que es correcto o incorrecto. Trabajar  por algo mayor que la tarea, trabajar por un objetivo, un objetivo cuyo  mapa presenta un montón de caminos para alcanzarlo. Y tú sabes el  camino más corto!!!.

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