Cada vez hay más pruebas de que las organizaciones de éxito ponen a la gente primero ¿Por qué? Los administradores inteligentes han aprendido que los empleados de su organización son su única ventaja competitiva. Los competidores podrán imitar los productos, procesos, ubicaciones, canales de distribución, etc. de la organización. La característica que distingue a las compañías con éxito de las menos exitosas en casi todos los sectores es la calidad de las personas a las que logran contratar y retener.
Las personas y las organizaciones.
Con el fin de superar sus limitaciones individuales, las personas se agrupan para formar organizaciones orientadas al logro de objetivos comunes. En la medida en que tengan éxito, las organizaciones sobrevivirán y crecerán. Cuando crecen, las organizaciones requieren mayor número, de personas para la ejecución de sus actividades.
Los individuos y las organizaciones tienen objetivos por alcanzar. Las organizaciones reclutan y seleccionan sus recursos humanos para alcanzar con ellos, y mediante ellos, objetivos organizacionales (rentabilidad, reducción de costos, etc.). Incluso después de reclutados y seccionados, los individuos tienen objetivos personales por los que luchan y muchas veces se valen de la organización para alcanzarlos.
Objetivos organizacionales
Ofrecen para servir a las necesidades de la organización
Contribuciones:
Trabajo, Esfuerzo, Habilidad, Compromiso, Tiempo
EMPRESA
Ofrecen para atender las necesidades de las
personas
Incentivos:
Salario, Capacitación, Beneficios, Oportunidades, Entrenamiento, Seguridad
La interacción entre personas y organizaciones puede explicarse mediante el intercambio de incentivos y contribuciones.
a) Incentivos (alicientes). Son pagos hechos por la organización a sus trabajadores (salario, premios, beneficios sociales, oportunidades, etc.). A cambio de las contribuciones, cada incentivo tiene un valor de utilidad que es subjetivo, ya que varía de un individuo a otro: lo que es útil para uno puede ser inútil para otro.
b) Contribuciones. Son los pagos que cada trabajador hace a la organización a la cual pertenece (trabajo, esfuerzo, dedicación, puntualidad, esmero, etc.). A cambio de los incentivos cada contribución tiene valor de utilidad que varía según la organización.
A partir de los conceptos de incentivos y contribuciones, surge el concepto de equilibrio organizacional que refleja el éxito de la organización en remunerar a sus empleados con incentivos adecuados y motivarlos a seguir contribuyendo a la organización, con lo cual garantiza su supervivencia y su eficacia.
El individuo ingresa en la organización cuando espera que su satisfacción personal sea mayor que sus esfuerzos personales. Si cree que sus esfuerzos personales sobrepasan, las satisfacciones que obtiene, estará dispuesto a dejar la organización, si le es posible.
Al mismo tiempo, la organización espera que la contribución de cada individuo sobrepase los costos de tener personas en la organización. En realidad, cada parte realiza inversiones a la espera de que la otra parte le proporciones los retornos deseados. Por consiguiente, evalúa el costo/beneficio e inversión/retorno es este proceso de intercambio.
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