La vida dentro de los sistemas condiciona totalmente las características de cada individuo. Dentro de los sistemas se producen, choques, enfrentamientos, alianzas, adelantamientos, pasadas de frenada, ... y muchas otras situaciones que forman parte de nuestro paisaje diario.
Hace unas semanas venía con unos amigos y mi esposa por la autopista, era de noche, y me llamó la atención una visión que me trajo nuevas ideas sobre este tema.
El tráfico era fluido, cuando te acercabas a los peajes la densidad de la circulación aumentaba considerablemente. En un punto de peaje que se encontraba en una recta, podía ver desde el horizonte como todas aquellas luces rojas y naranjas se entremezclaban entre sí. Era algo impresionante, coches de un lado al otro, todos sin hablarse, sólo mirando las señales que aquellas luces de colores emitían, y entendiendo su mensaje. Aquel sencillo sistema de comunicación evitaba que chocasen entre ellos. Cuando pasabas el peaje y el tráfico volvía a ser fluido, de repente las luces naranjas dejaban de aparecer en escena, y eran las rojas las que estaban ahí, avisando de su presencia. Sólo cuando se adelantaba, aquella luz naranja volvía a aparecer para indicar algo diferente, un movimiento inesperado.
Veía todo este sistema funcionar y me llamaba la atención lo fácil que pueden ser las cosas en algunos sistemas, en este caso, el circulatorio. Con unas sencillas combinaciones de luz, todo el conjunto está perfectamente engranado. Sencillos mensajes que están llenos de lecciones:
1. luz de posición
2. luz de freno
3. intermitentes
4. cuatro intermitentes
Me imagino un sistema de señales similar dentro de una empresa. Una organización llena de personas (coches) que están inmersos en una madeja de relaciones (carreteras). Esta combinación provoca un considerable número de problemas y tensiones entre los miembros del grupo (accidentes). Gran cantidad de los mismos se podrían solucionar con un sencillo sistema que le pudiese indicar al otro cuáles son nuestras necesidades, sentimientos o emociones. Un sistema que tiene mucho que ver con la inteligencia emocional. Bajo mi punto de vista, es lo más parecido a poseer unos intermitentes en el sistema circulatorio. Quien posee ese mecanismo de comunicación, quien posee ese don que es la inteligencia emocional, está dotado de un medio fundamental para poder conducir por esas carreteras enrevesadas, que asfaltamos las personas, con una baja probabilidad de sufrir un accidente.
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