El rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, dijo que México "vive en los suburbios de la economía del conocimiento", al no contar con el capital humano necesario para competir con los países que actualmente la activan y controlan; prueba de ello son todos los informes mundiales que obligan a "encender las alarmas".
Al investir con el Doctorado Honoris Causa a siete destacados personajes, De la Fuente agregó que para insertarnos en la economía del conocimiento son necesarias la ciencia y la tecnología, por lo que resumió en cuatro las "asignaturas que el país debe cursar" para lograrlo:
Invertir, con visión a largo plazo, mayores recursos públicos y privados en la educación, investigación y desarrollo; construir una red de universidades de clase mundial; incorporar la proporción de la Población Económicamente Activa (PEA) con estudios técnicos de licenciatura, especialización y doctorado, y atraer estudiantes de otros países; es decir, "importar cerebros y no sólo exportarlos".
Las declaraciones del rector tuvieron como contexto la sesión solemne del Consejo Universitario, celebrada en el Palacio de Minería, en la que siete destacados científicos, escritores y filósofos recibieron el Doctorado Honoris Causa: el físico Leopoldo García Colín; la filósofa Juliana González; el abogado y economista chileno Ricardo Lagos; el científico y experto en Neurobiología Ricardo Miledi; la escritora brasileña Nélida Piñón; el filósofo Giovanni Sartori; y el escritor español Fernando Savater.
El rector De la Fuente también destacó que deben ser revisadas las políticas educativas partiendo del principio de que "la excelencia es un objetivo alcanzable".
"La sociedad del conocimiento no es una quimera ni una formulación abstracta, es una nueva realidad mucho más poderosa de lo que parece porque los conocimientos ya no sólo se generan y se transmiten como antaño; sino que hoy en día se registran, se aplican, se patentan, se comercializan, se asocian, se exportan e importan", continuó.
En relación con la fuga de cerebros, el rector de la UNAM dijo que "ha sido mucho más costosa para países como México que la fuga de capitales, y todo esto ha permitido que algunas sociedades se incorporen y otras se marginen de una nueva modalidad de la economía: la economía del conocimiento".
A la ceremonia asistieron académicos que también han sido distinguidos con el doctorado de la UNAM, así como presentantes de la comunidad universitaria.
Frente a ellos, De la Fuente enfatizó que, de acuerdo con el Banco Mundial, el 20% de la población -el que realmente vive en sociedades del conocimiento- controla el 80% de la producción mundial.
Expuso que en su caso, la UNAM está entre las 100 mejores de un total de 15 mil universidades que hay en el mundo, lo que la ubica en una situación respetable aún cuando las asimetrías financieras respecto a universidades de Estados Unidos son abismales pues reciben tan sólo de recursos federales alrededor de 50 mil millones de dólares (Harvard tiene un fondo patrimonial de 30 mil millones de dólares para atender a 20 mil estudiantes), en tanto que la Máxima Casa de Estudios de México atiende (con unos mil 800 millones de dólares) a 285 mil estudiantes.
"Hemos demostrado que podemos conjugar calidad y cantidad cuando nos lo proponemos, cuando somos capaces de generar las condiciones propicias para el trabajo académico de excelencia. Somos una universidad orgullosamente pública. Universidad de masas, sí; laica, como corresponde a un Estado laico al cual pertenecemos y defendemos. Universidad que se transforma, que moderniza su oferta educativa, que transparenta el uso de sus recursos y rinde cuentas públicas de ellos y que se resiste a someterse a las prioridades de los mercados que sólo ven a la educación, como una transacción comercial con fines de lucro", concluyó.
En su oportunidad, el ex presidente chileno Ricardo Lagos, habló a nombre de los galardonados y destacó que la academia tiene un importante rol para preparar sociedades más justas a través de la razón, la ciencia y la aplicación de las mismas, sin dar paso a la hegemonía de una sola cultura que es a lo que nos está llevando la globalización.
Respaldó a su vez lo dicho por el rector en el sentido de impulsar sociedades más justas y equitativas pues expuso que "cuando las desigualdades se agudizan, sufre también la libertad al haber individuos que no consiguen satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda y educación".
"Una globalización sin reglas, agregó, conduce a un mundo injusto cuyas reglas se establecen por el poder de los magnates y poderosos de la Tierra. Una globalización con rostro humano obliga a tener un sistema de reglas acordado por todos", finalizó.
0 comentarios:
Publicar un comentario